Las Guacamayas


En Lagunas de Colón más de 200 hectáreas de lagunas, ríos, cascadas y un pasado maya

lunes, 5 de noviembre de 2007



La Trinitaria, Chiapas.- Un total de 44 lagunas de colores, seis ríos y dos cascadas, con una gran variedad de fauna silvestre y árboles de maderas preciosas con frescas sombras es el “edén prometido” que Dios hizo realidad a los habitantes del ejido Cristóbal Colón, responsables del proyecto ecoturístico Lagunas de Colón, ubicado en el municipio de La Trinitaria.

Con increíbles riquezas naturales, el lugar se ubica a 11 kilómetros de la Carretera Internacional 190, tramo Comitán-Ciudad Cuauhtémoc, a la altura del Puente Chamic, que divide a los municipios de La Trinitaria y Frontera Comalapa.

El turista, al arribar, encuentra, en primer lugar, un riachuelo que debe cruzar, en vehículo o a pie, para alcanzar la primera laguna, conocida con el nombre de “Linda Vista”, en donde puede practicar la natación, clavados, buceo, viaje en lancha, y otra diversidad de actividades.

Al lado, rodeando ésta y otras lagunas y ríos, están disponibles 28 palapas, andadores y caminos rústicos, adecuados para la práctica del senderismo.

Sin embargo no es lo único. En realidad el ejido Cristóbal Colón, donde habitan 32 ejidatarios y 38 avecindados con sus respectivas familias, en un espacio de 7 calles y avenidas pintorescas, tiene un total de 350 hectáreas de terrenos, pero de ellas sólo 82 destinados a la labor agropecuaria, ya que todo lo demás son ríos, arroyos y lagunas, además de algunas áreas pantanosas,

Es decir, más del 75 por ciento de su territorio se compone de ríos y lagunas para disfrute del mundo, donde también se encuentran, por su exuberante y tropical vegetación, animales como el cocodrilo, lagarto, venado, tepezcuintle, armadillo, mapache, conejos, zorrillo, mansas ardillas, además de aves como la chachalaca, urraca, pijijis, palomas, zanate, y en el río millones de mojarras, macabíes, carpas, tilapias, cangrejos y caracoles.

Lagunas con una historia que contar…

Por si fuera poco, cada una de las 44 lagunas de colores tiene su propio nombre e historia, procedentes, en su mayoría, del Parque Nacional Lagunas de Montebello.


Así está la laguna “Gracias a Dios” con sus lanchas; “Volver a Ver”, convertida en paso obligatorio de ida y vuelta; “Solución”, de donde los habitantes de Cristóbal Colón toman su agua para consumo humano y sembradíos; “Las Garzas”, en donde, a partir de las 6 de la tarde, llegan cientos de aves de esta especie a descansar, y se van cuando el sol comienza a arribar al día siguiente y “Unión Extranjera”, porque sirve de línea limítrofe entre México y Guatemala.

También aparece a la vista la laguna “Jesús María”, llamada así por la exclamación de una turista asombrada por la aparición ante sus ojos de esa maravilla natural; “Lagartera”, porque permite el descanso de estos animales; “Cueva de León”, donde se dice que este felino atacó y devoró una vaca; “Paredón el Chiclero”, rodeado de muchos árboles de chicozapote del que se sale una natural goma de mascar, y “Los Pijijis”, porque ahí descansan y se alimentan cientos de estas aves.

Además, por supuesto, de “Linda Vista”, visitada por alrededor de 30 mil personas sólo en Semana Santa 2005; “Agua Tinta”, “Angostura”, “Bosque Azul”, “Buena Vista”, “Buenos Aires”, “Bugambilia”, “Cidralcito”, “La Ceiba”, “El Descanso”, “Dos de Octubre”, “La Escondida”, “Esquipulas”, “Flor de Jushal”, “Flor de Limón”, “Flor de Mayo”, “Flor de Zapotes”, “Los Fresnos”, “Hermanos García”, “El Ixthal”, “La Libertad”, “ De los Llanos”, “El Nilar”, “Cueva Linda”, “Orquídea”, “El Palmar”, “El Paraíso”, “El Reposo”, “El Rincón”, “Los Sabinos”, “Senegal”, “ Las Violetas” y otras más.


El turista también puede apreciar el Cenote Sagrado, con un área de 17 por 45 metros y profundidad de 5 metros, ahí están dibujadas y labradas en piedra caras humanas sobre relieve, no se sabe si fueron los mayas u otros grupos humano quienes se hayan asentado en el lugar antes que ellos, los autores de esos trabajos artísticos.
Cascadas y ríos…

Dos cascadas se pueden encontrar a lo largo de 6 distintos ríos, cuyos nombres son “Pequeño Rancherito”, “Mango-Amates” o “Río Bravo”, “Alfaro Gómez”, “Grande de Alvarado”, “Jomanil” y “Morales Rodríguez”, los cuales al unirse forman el “Río Lagartero”, otro atractivo turístico colindante, que desemboca en el río Grijalva.

En algunos arroyos pequeños aparecen los “perritos de agua” de distintos colores; los hay canelos y amarillos, apreciados por sus pieles finas; estos animales juguetean entre sí, aúllan como el perro y se alimenta de cangrejos y peces.

Islas de descanso…

Al ser un territorio pequeño, con más 200 hectáreas de aguas dulces, entre ríos, riachuelos, lagunas y pantanos, las escasas 82 hectáreas de terreno son verdaderos islotes, algunos más parecidos a penínsulas en pequeño, convertidos en puntos panorámicos para contemplar los lagos de distintos colores, extensiones y profundidades.

Por lo pintorescos, algunos han sido ya bautizados con los nombres de “Los Altos”, el “Cementerio Maya” donde se encontró un caja con un cuerpo de un antiguo maya con piedra finamente labrada, “La Ribera”, “El Cenote Sagrado”, “Maya-Catán”, “Maya-Colinas”, “Maya-Durán”, “Maya-Huela”, “El Panorama”, “Los Montículos”, “La Isla Arqueológica”, “Los Paseos”, “Maya-Linda”, “Maya-Llamas”, “Maya-Nacom” y “Maya-Quistan”.

Estos son puntos de tierra firme existentes entre laguna y laguna o entre río y río, algunas de estas islas miden cientos de metros de largo, pero con escasos metros de ancho, con una separación de hasta 6 pasos.

Ruinas arqueológicas mayas…


El guía de turistas fue el presidente de la sociedad “Riberas del Lagartero”, Mario García Pérez, quien nos condujo a la zona arqueológica Maya “El Lagartero”, con sus 6 pirámides, el juego de pelota y decenas de construcciones precolombinas, todo rodeado por 7 lagunas de distintos colores.

Con trabajos pendientes de rescate, además de la necesidad de la construcción de andadores, puentes y vados para el paso de vehículos, el lugar, dice Don Mario García Pérez, fue ocupado y posteriormente abandonado por el antiguo imperio Maya en los años 317 al 987 de nuestra era, pero vuelto a ocupar por 33 familias provenientes de Rodulfo Figueroa, municipio de La Trinitaria, en el año de 1971.

En la zona, dice García Pérez, se han encontrado piedras de moler, flautas de barro macizo, huesos humanos, platos de jade, entre otros restos y manifestaciones de la cultura Maya.

Por cierto, a escasos mil metros de ahí aparece la línea divisoria con Guatemala, con territorio del Departamento de Huehuetenango, con el que, inclusive, se comparte una laguna conocida con el nombre de Unión Extranjera, además de 4 kilómetros y medio de tierra firme.

Protección de flora y fauna…

El concepto ecoturístico de “Lagunas de Colón” derivó precisamente de la falta de tierras donde laborar. Algunos de los primeros pobladores, de hecho, decidieron abandonar el lugar y buscar mejor suerte en otros sitios.

Las 32 familias que actualmente habitan el lugar han aprendido que la riqueza de sus ríos, lagunas, riachuelos, pantanos, con su flora y fauna, debe preservarse para disfrute del turista nacional e internacional, y para mantener el equilibrio ecológico de la región.

Ante ello, desde tiempo atrás han creado distintas reglas que prohíben la pesca con bomba o tarraya, pero sí se permite con anzuelo, e inclusive han depositado en las aguas miles de crías de tilapia, con el apoyo del Gobierno del Estado.

También, por supuesto, está prohibido el uso de armas de fuego o deportivas, además de la realización de fogatas junto a las raíces de los árboles, para la preservación de sus recursos naturales.

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RECORRIDO EN LANCHA para llegar a LAS PALMAS (Municipio de Acapetagua) -1_2-