Las Guacamayas


En Chiapas, el Gran Cañón del Sumidero

lunes, 6 de agosto de 2007


No es la falla de San Andrés sino el tino de Dios que lo dejó ahí para que los indios chiapas no cayeran en las manos asesinas del Capitán Diego de Mazariegos.

Quiso Dios, el suyo o el nuestro, que tomaran un respiro en caída libre de más de mil metros hacia abajo, recobraran fuerzas, y no perdieran la batalla sino ganaran la guerra invasora del viejo mundo.

La ruptura del Macizo Granítico de Chiapas no fue una falla, sino ingenio para que la entidad no se quedara sola.

No debe haber soledad, olvido y muerte causada por un capitalismo salvaje si está ahí, en la falla de San Andrés, el Gran Cañón del Sumidero o, mejor aún, el Gran Cañón de Chiapas, no como símbolo o mito, sino como realidad mirable, tangible.

No, porque está el Río Grijalva, portentoso afluente por donde salían el ámbar y el cacao, y llegaban el jade y la obsidiana.

Sí, la superficie de la Tierra está rota.

Pero, en lugar de separarlos en dos mundos, una a un pueblo en torno suyo y lo convierta en algo más que símbolo y mito. Que esa obra de los dioses sea hoy tarea de los hombres y mujeres cuidarla y hacerla más bella, y se declare a esta agua, a este cañón, a esa flora y a esa fauna, patrimonio de la humanidad.

Que el Gran Cañón del Sumidero sea a la vez el Chiapas a dos vientos de Sub Comandante Insurgente Marcos, y el Chiapas a dos orillas de Rosario Castellanos.

Está ahí la ceiba de los mayas, cercano y tangible, no mítico o histórico, donde miles de estudiantes pueden recrear el texto de sus libros y elaborar mejores historias, verdaderas, bellas.



No era peor la tragedia de ser cañón sin río que ser río sin pez, como temía nuestra Rosario, porque aquí, en el gran cañón, acaban para siempre los dos miedos.

Pero aquí, también, se abre un catálogo de ficciones y derrama la pluma su tinta; sola, viva.

Aquí se hace más fotografiable aquel Chiapas multicolor que inspiró a los tejidos mayas.

Aquí, a ratos, se olvida el mortal de sus penas y los habitantes de la entidad que de Chiapas, el nuestro, el de todas y el de todos, salió la mayor riqueza rumbo a la gran capital, dejando a cambio su huella pestilente y mortal.

Aquí, a ratos, se olvida uno de los colmillos de Petróleos Mexicanos y su nefasta ola de destrucción, en medio del verde turquesa chiapaneco; deja huella sacar más de cien mil barriles de petróleo y cientos de miles millones de pies cúbicos de gas.




“¿Qué deja la bestia a cambio de todo lo que se lleva?”, preguntaba Marcos. Deja la fatalidad, pero no, no el olvido, porque acá está el Gran Cañón del Sumidero, muy de él, muy mío, muy nuestro.

Aquí está el Gran Cañón para convertir el desenfreno en verso.

Aquí se puede mirar, sentir y fotografiar el fresco viaje de la brisa hasta convertirse en beso.

Aquí Chiapas deja de ser un río sin rienda y toma cauce y rumbo.

Aquí se inspiró Enoch Cancino Casahonda sacando a Chiapas del olvido, al que vio brotar de un mar ebrio de espuma o “del cósmico vientre de una aurora”.

Aquí lo describió mágicamente con su pluma, colocándolo en el cosmos convertido en flor al viento.




Aquí, a partir de él, morir no es el final de una existencia sino besar su tierra para siempre.

Aquí le canta él, así:
CANTO A CHIAPAS
(ENOCH CANCINO CASAHONDA.)

Chiapas es en el cosmos, lo que una flor al viento
es célula infinita que sufre, llora y sangra,
invisible universo que vibra, ríe y canta.
Chiapas, un día lejano y serena y tranquila y transparente
debió brotar del mar ebrio de espuma,
o del cósmico vientre de una aurora.
Y surgió inadvertida como un rezo de lluvia entre las hojas,
tenue como la brisa, tierna como un suspiro,
pero surgió tan honda, tan real, tan verdadera y tan eterna,
como el dolor que desde siempre riega su trágica semilla por el mundo.
Desde entonces Chiapas es en el cosmos lo que una flor al viento,
Chiapas nació en mí, con el beso primario en que mi madre,
marcó el punto inicial del sentimiento.
Chiapas creció en mí, con los primeros cuentos de mi abuelo,
en la voz de mi primer amigo y en la leyenda de mi primera novia.
Desde entonces Chiapas es en mí: Sangre, beso, voz y leyenda,
y fue preciso que el caudal de los años se rompiera,
sobre mi triste vida solitaria, como la espuma en flor, de roca en roca,
Para saber que Chiapas no era solo río,
para saber que Chiapas no era solo estrella, brisa, luna, marimba y sortilegio
para saber que a veces también era, la indescriptible esencia de una lágrima,
algo así como un grito que se apaga y un suspiro de fe que se reprime.
Supe que Chiapas no es sólo el insomnio de la selva
besando la palabra de los vientos,
y el río llorando epopeyas en el torrente de las horas viejas
percibí en ella una sed insaciable de nuevos horizontes
un ansia inconfesada de compartir su vieja voz de arrullo,
su triste voz, triste como la imagen del indio
clavada entre la cruz de sus caminos.
Más supe que Chiapas era el callejón, aquel donde labraba el tiempo
aquel olor a lluvia que cantaba la santidad de nuestras almas niñas,
y supe además que a ratos era una fiesta de luces en el barrio
el aroma infinito de una ofrenda;
y una marimba desafiando al aire profanada de cohetes y campanas.
Chiapas, he de volver a ti, como un suspiro al viento
como un recuerdo al alma,
he de volver a ti, como el cordero fiel de la leyenda,
para ser una nota que perdida vague en la soledad de tus deberes
para ser una más entre redes tejidas con el hilo del incienso;
y beber el poema de tus noches en la leyenda azul de tus marinas;
y cuando viejo, solo y abatido se aproxime el final de mi existencia,
he de besar tu tierra para siempre,
a esa bendita tierra que cual ella me hiciera
con un alma de cruz y de montaña.

La Ruta para llegar

El Cañón del Sumidero se encuentra ubicado en México. Hay que viajar a Chiapas. Llegando a la capital, Tuxtla Gutiérrez, el turista debe encaminarse al municipio de Chiapa de Corzo, a un fresco lugar conocido como Cahuaré, en pleno Río Grijalva, de gran caudal.

Lo ideal es llegar temprano, desde las 9 de la mañana, para partir del embarcadero en lanchas compartidas.

El viaje

El trayecto en lancha es una delicia, a lo largo de sus 27 kilómetros, que se hacen breves.

Es mágico, de principio a fin.

Impresionantes vistas del cañón y formaciones geológicas en los acantilados y a las orillas del río van apareciendo mientras se avanza a lo largo del caudal, de una orilla hacia otra, según se vayan presentando.

Las aguas, cada vez más profundas, adquieren diversos colores según la vegetación y la altitud de las montañas.

Las aves surcan el cielo y coquetean con los cerros.

El cocodrilo asolea su cuerpo y se mantiene quieto, como esperando la foto.



La iguana multicolor avanza frente a los buites y garzas.



Las cuevas del Silencio y de los Colores son parada obligada, prevista por el operador y, a lo lejos, la estalactita convertida el caballito de mar, única especie animal donde el que se embaraza y da a luz es el macho.

Pero el Árbol de Navidad es parada que exige el turista, tan pronto aparece ante la vista, desde lo lejos, por su gran tamaño.

En la punta del árbol aparece una imagen, no de un “Santa Claus”, sino del famoso Osama Bin Laden, tanto odiado por Tío Sam.



Para quien así lo desee puede detenerse desde las 10 hasta las 16:30 horas en un paradisíaco Parque Ecoturístico “Cañón del Sumidero”.

Desde la Tirolesa el turista podrá admirar la naturaleza con la perspectiva del vuelo de las aves o la del viento que cruza las cañadas.

O podrá practicar el rapel en caída libre de 15 metros y otros tantos frente a una pared de roca.

O escalar en una pared con un ángulo de 90 grados y emprender el desafío de llegar a las alturas.

O navegar en un kayak en las aguas del río Grijalva y dirigirse a la Bahía de Los Monos.

O simplemente pasear a caballo por el espeso bosque, siempre acompañado del sonido del viento y del canto de las aves, en concierto.

Flora y Fauna


A fin de no acudir al Internet o la fotografía para conocer al tucán está disponible esta simpática ave en el Parque Ecoturístico. También está el hocofaisán, el venado cola blanca, el puma, monos araña y, por supuesto, el jaguar.




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RECORRIDO EN LANCHA para llegar a LAS PALMAS (Municipio de Acapetagua) -1_2-